9 sept 2008

Moco o prohibición


Leía obligadamente Frued mientras se sacaba un moco. Decenas de jóvenes concentrados en sus lecturas acompañaban en silencio un acontecimiento nuevo nuevo. Hizo un bollito con él, lo miró, parecía salado y rico. Con su cabeza apuntaba a Freud, pero sus ojos registraban que un acto íntimo por venir pudiera ser realizado en una biblioteca pública.
Felizmente estaba sólo, él y su moco.. no podía ser de otra manera..

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