"Esta renuncia es una obra para el Instituto Di Tella. Creo que muestra claramente mi conflicto frente a la invitacion, por lo que creo haber cumplido con el compromiso".
Buenos Aires, 13 de mayo de 1968
Sr Jorge Romero Brest:
Hace una semana le escribi dandole a conocer la obra que pensaba desarrollar en el Instituo Di Tella. Hoy, apenas unos dias mas tarde, ya me siento incapaz de hacerla por una imposibilidad moral. Sigo creyendo que era util, aclaratoria y que podia llegara conflictuar a algunos de los artistas invitados, o por lo menos, poner en tela de juicio los conceptos sobre los que sus obras estaban fundadas . Lo que yo ya no creo es que esto sea necesario. Me pregunto: ¿es importante hacer algo dentro de la institucion, aunque colabore a su destruccion? Las cosas se mueren cuando hay otras que las reemplazan. Si conocemos el final, ¿por que insistir en hacer hasta la ultima pirueta? ¿por que no situarnos en la posicion limite? Ayer precisamente comentaba con usted como a mi entender, la obra iba desapareciendo materialmente del escenario, y como se iban asumiendo actitudes y conceptos que abrian una nueva epoca y que tenian un campo de accion mas amplio y menos viciado. Es evidente que, de plantear situaciones morales en las obras, de utilizar el significado como una materialidad, se desprende de la necesidad de crear un lenguaje util. Una lengua viva y no un c{ogigo para elites. Se ha inventado un arma. Un arma recien cobra sentido en la accion. En el escaparate de una tienda, carece de toda peligrosidad. Creo que la situacion politica y social del pais oprigina este cambio. Hasta este momento yo p0dia discutir la accion que desarrolla el Instituto, aceptarla o enjuiciarla. Hoy lo que no acepto es al Instituto, que representa la centralizacion cultural, la institucionalizacion, la imposibilidad de valor las cosas en el momento en que estas inciden sobre el medio. Porque la institucion solo deja entrar productos ya prestigiados a los que se utiliza cuando, o han perdido su vigencia, o son indiscutibles dado el grado de profesionalismo del que las produce, es decir, los utiliza sin correr ningun riesgo. Esta centralizacion impide la difusion masiva de las experiencias que pueden realizar los artistas. Esta centralizacion hace que todo producto pase a alimentar el prestigio, no ya del que lo ha creado, sino del Instituto, que con esta ligera alteracion justifica como propia la labor ajena y todo el moviemiento que ella implica, sin arriesgar un solo centavo y beneficiandose todavia con la promocion periodistica. Si yo realizara la obra en el Instituto, esta tendria un publico muy limitado de gente que presume de intelectualidad por el hecho meramente geografico de pararse tranquilamente en la sala grande de la casa del arte. Esta gente no tiene la mas minima preocupacion por estas cosas, por lo cual la legibilidad del mensaje que yo pudiera plantear en mi obra careceria totalmente de sentido. Si a mi se me ocuerriera escribir VIVA LA REVOLUCION POPULAR en castellano, ingles o chino seria absolutamente lo mismo. Todo es arte. Esas cuatro paredes encierran el secreto de transformar todo lo que esta dentro de ellas en arte, y el arte no es peligroso (la culpa es nuestra). ¿Entonces? Entonces los que quieran trepar, trabajen en el instituto. Yo no les aseguro que lleguen lejos. El Intituto Torcuato Di Tella no tiene dinero como para imponer nada a nivel internacional. Los que quieran ser entendidos en alguna forma, diganlo en la calle o donde no se los tergiverse. A los que quieran estar bien con Dios y con el Diablo le recuerdo "los que quieran salvar la vida la perderan". A los espectadores les aseguro: lo que les muestran ya es viejo, mercaderia de segunda mano. Nadie puede darles fabricado y envasado lo que esta dandose en este momento. Esta dandose el Hombre, la obra: diseñar formas de vida.
Pablo Suarez.
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(no tengo acentos)
24 nov 2009
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